martes, mayo 08, 2007

Motorhead: Sobre dosis de Rock and Roll - Santiago, Chile 02.04.07

Sencillamente fue una experiencia única, de aquellas sobredosis de rocanrol inyectadas directo a la vena que te deja imbecil desde el primer golpe de bombo, el primer acorde de guitarra y el inicio aplastante del bajo. Un combo en el hocico, una patada en la raja, eso es Motorhead, eso fue lo que recibimos durante poco más de una hora y media el 2 de mayo en el Estadio Victor Jara de Santiago.

A eso de las 7 de la tarde nos juntamos 4 amigos en casa de uno de ellos para hacer la previa a lo que se venía, unos litros de cerveza y sus dosis de risa en tubo fueron consumidas en una hora para emprender viaje al mítico recinto.

A decir verdad nunca he sido muy fanático de Motorhead pero definitivamente era un espectáculo al que había que asistir, estar frente a una leyenda como Lemmy es un oportunidad irrepetible, sobre todo pensando que años atrás pasó por Santiago sin pena ni gloria en un espectáculo con apenas 300 pelagatos. Pero esta vez fue diferente, unos 5 mil o 6 mil rockeros ávidos de potencia y poder le dieron la bienvenida a las 21 horas del 2 de mayo con la furia y cariño que caracteriza a la fanaticada local.

Lemmy Kilmister, Phil Campbell, , Mikkey Dee sacaron el freno de la aplanadora y pasaron por encima de las miles de cabezas que se azotaban al ritmo de los riffs demoledores de clásicos y temas nuevos.

Dr. Rock, abrió la noche con algunos problemas de sonido, la verdad es que había que ser bien fan del grupo para entender qué estaban tocando pues el alto volumen sumado a la mala acústica del lugar amenazaron los primeros minutos con una masa de ruido, sin embargo poco pareció importar al respetable. Luego del primer combo, vino la patá en la raja con el clásico ‘Stay Clean’que definitivamente puso a la gente a comer en la palma de la mano del legendario Lemmy.
Luego, una dosis de material nuevo, a mi parecer muy bueno, potente, lleno de furia y rocanrol. Canciones del último disco Kiss of Death e Inferno dieron paso a los desempolvados Metropolis y Over The Top. A esa altura daba la impresión de que un papá buena onda estaba dando clases a sus hijos de como comportarse en el mundillo rocanrolero, la lección era simple, júntate con tus amigotes, destapa unas cuantas cervezas y embriágate de rocanrol, y así no mas lo hicimos.

Una vez aprendida la lección, Kilmister con su estampa de rockstar se mandó quizá la parte más potente del show con una seguidilla impresionante de canciones: One Night Stand, I Got Mine, In The Name Of Tragedy, Sword Of Glory y The Chase Is Better Than The Catch del album clásico Ace Of Spades.

De ahi se vino Rosalie para entrar con toda la violencia de Sacrifice, una oda al exceso de potencia y brutalidad en este género. Ahí, la masa de cabelleras sudadas y enredadas unas con otras se dejaba empujar de lado a lado dando vida al mito que el público mapuche es de verdad el más desordenado y furioso de latinoamerica. Quedó la cagá, sobre todo cuando el maldito Dee se despachó el sólo de batería mas brutal y energético que escuchado en vivo, un derroche de maestría, dominio, fuerza y poder que podría haber disfrutado durante una hora más sin aburrirme un segundo.

Pero el merequetengue estaba lejos de terminar, una presentación echándole unas buenas puteadas a la clase política y se vino el mierdal lírico con Just ‘Cause You Got The Power, You Believe You Got the Right. Y la metralleta no se detenía, las balas cruzaban los craneos con rock ‘n roll ‘Going To Brazil, Killed By Death, y al camarín por un Jack Daniel´s luego de Iron Fist.

¿Pero quien quería descansar? ¡Vamos por más que no nos iremos ni cagando! Se vino el momento suave del espectáculo. Phil Campbell y Mikkey Dee guitarreando un blues cantado aguardentosamente por "don leyenda": Whorehouse Blues. Interpretado en una pose absolutamente despreciable, en el buen sentido de la palabra, abacanada quizá con su cigarro en la mano como si nada mas importara que pegarse una buena bluseada. Notable.

Termina el tema y en cosa de segundos nos dejan en el suelo para rematarnos a patadas y palos con Ace Of Spades y ‘Overkill. Se prenden las luces y nadie se quería ir. No había más, pero queríamos mucho más. Rocanrol hasta la muerte era la consigna (para variar). No nos quedó otra que salir del Jara, buscar a los amigotes, encontrarse con otros tantos que salían de las distintas puertas del estadio y partir a destapar las merecidas y heladas cervezas que esperaban por nosotros en algún piringundín de aquel oscuro barrio. Y así nos fue.


jueves, abril 19, 2007

Jethro Tull en Chile: El campesino lo hizo de nuevo - 18 de abril de 2007

noche, la banda escocesa de rock progresivo, Jethro Tull, se presentó por quinta vez en nuestro país y produjo lo de siempre: un público transversal tanto en edad, estilos y condición social que repletó el renovado Teatro Caupolicán con un fervor y admiración por los británicos que cumplen 40 años de carrera musical, record que podría ser compartido con muy pocos, entre ellos Los Jaivas y los Rolling Stones, claro que Jagger y compañía no pueden alardear de ser una carrera ininterrumpida.

Bueno, pero no nos desviemos, a 20 minutos del inicio del show el teatro ya lucía bastante lleno. El escenario, como siempre, denotaba la sencillez de una banda que se destaca estrictamente por lo musical dejando la parafernalia escénica de lado lo que ha sido una constante en todas las presentaciones en Chile y en su carrera en general, matizada en su primera década quizá por la excentricidad del vestuario que usaban en los sesenta - setenta.

Pasado las 21 horas se apagaron las luces e inmediatamente el respetable le da la bienvenida sincera, admirada, fanática a Ian Anderson y a su eterno compañero de las 6 cuerdas, Martin Lancelot Barre, quienes abren con el espléndido blues ‘Someday The Sun Won’t Shine For You’ corte del álbum debut de Jethro Tull, “This Was” en el ya lejano 1968. Fue un comienzo melancólico, lleno de recuerdos y magistralmente interpretado en una muestra que nos depararía un recital altamente acústico.

Luego un clásico por donde se escuche, un tema que la verdad no esperaba disfrutar esa noche, uno de mis favoritos por cierto. Gatillaron con la exquisita Living in The Past, tema de 1972 perteneciente al disco homónimo. Claro que habría preferido la versión mas dura, de esas que uno suele encontrar en las desempolvadas imágenes en DVD con recitales de hace 30 años atrás, pero esta no le quitó ningún mérito a la emoción que se imprime en cada nota. Además era la tónica de esta presentación.

A continuación la etapa más campestre de la banda con Songs From The Wood y ‘Jack In The Green, rematando con el corte que da nombre a uno de los discos mas intensos de su carrera la notable Thick as a Brick. A estas alturas el Caupolicán se venía abajo, la gente aplaudiendo de pie y todo el recato se perdió para dar rienda suelta a una fanaticada fiel a unos de los músicos de rock más respetables de la historia contemporánea como los es Ian Anderson.

La etapa jazz con el corte Bouree para dar paso a un sueño dulce con Sweet Dream otro excelente desempolvado del año 1969, que sirvió de aperitivo a una instrumental claramente hecha para el lucimiento de los rockerísimos rifs de Barre quien formando un dueto espectacular con la violinista norteamericana, Anne Marie Calhoun, hicieron gala de solos en conjunto y conversaciones de cuerdas acompañados de manera sólida y perfectas por hermosas y complejas figuras musicales de Doane Perry tras la batería, John O’ Hara en los teclados y David Goodier en el bajo, quienes parecían ser la más sólida defensa de cualquier equipo de futbol inglés dando la tranquilidad para el lucimiento limpio e impecable de sus delanteros.


Hora de Superclásico

“Ahora vamos a tocar la canción más famosa de nuestra carrera” dijo Anderson, y comenzaron a sonar las reestructuradas notas para la versión 2007 de ‘Aqualung’, en una onda súper sinfónica y una suavidad desconocida si la comparamos con la fuerza que despliega la versión original o con el recuerdo que me trae la interpretación que hizo Anderson con su banda de apoyo en la gira solista del 2005 en el Court Central, que habría hecho temblar a la banda de heavy metal más extrema, así y todo el auditorio, una vez más, se conmovió y no quedó otra que aplaudir a rabiar y de pie semejante obra de arte.


Un tema hecho para el musical “Amor sin Barreras” llamado America hizo de bajativo al plato principal para luego rematar con My God, tema del disco de 1973, Aqualang, placa que ha entregado la mayor cantidad de clásicos en la historia de la banda y que en su edición remasterizada cuenta además con una interesante entrevista a Ian Anderson.

El público a estas alturas estaba absolutamente entregado y rendido a los pies de la banda, que si bien, en esta oportunidad presentó un sonido de menor calidad que en otras ocasiones, no opacó en lo absoluto la atmósfera ni la complicidad entre músicos y oyentes. Una química como pocas considerando la transversalidad y la diferencia de estilos entre el público que en definitiva se unen bajo una sola bandera, la del campesino Jethro Tull.

Una vez en que la comunicación era inquebrantable se vino la última parte del espectáculo, se dejó caer un hit de los años ochenta Budapest del disco “Crest Of A Knave”, álbum con que ganaron el Grammy en 1988, compitiendo entre otros con Metallica que en esa época rompía culos. De ahí a la recta final con un TE-MA-ZO, una especie de bis en el que el público enloquece y agradece con creces poder escuchar algo más. O´Hara comienza a digitar sus primeras teclas e introduce ese himno tremendo llamado ‘Locomotive Breath’, perteneciente también al Living in the Past con el cual comenzaban a despedir el idilio amoroso que duró casi dos horas y que para efectos del respetable se podría haber extendido fácilmente el doble de la jornada. Señor Anderson, venga cuando quiera, será siempre bienvenido.

Nota a parte es la diferencia que marcó la productora del evento, Océano, al menos a mi nunca me había tocado poder disfrutar de una cerveza helada comprada en el mismo recinto, y vaya que se hace grato estar frente a una gran banda de rock acompañado de los amigos y matizando todo ese cuadro con una, otra y la última cerveza antes que termine el recital. Felicitaciones por eso.

Luego caminamos directo al bar por las últimas....ehhh 4 botellas de litro. ¡¡Salud por Jethro y el Rocanrol!!

jueves, abril 05, 2007

Aún me desvío del camino por una pilsen y un completo”


  • Artista: Mario Rojas & the Flaiting Project
  • Álbum: Sartén de Estrellas.



Mario Rojas, fue uno de los gestores del primer grupo de rap chileno De Kiruza, desde entonces se distingue una raíz funky criolla que cultiva hasta hoy. Actualmente al frente de The Flaiting Project, su nuevo grupo, entrega sus especiales y personales canciones en el disco Sartén de estrellas.

Este carismático artista, presenta un cúmulo de influencias, estilos y géneros que en este trabajo se distinguen en cortes con aire afroperuano en "Me separé", la balada "Los caminos del amor" que mezcla sonidos pop -rock o aquel relajado pasaje del disco que se plasma en "A puro corazón". Y la rapeada se viene sin tregua en los tracks "Todas mis canciones" y "Pegadito a la ventana de la micro", que avanzan por los escollos de la vida citadina y personal.

Rojas además, se ha preocupado, como acontece hoy con varios exponentes de la nueva generación de músicos, de redescubrir y reflotar un interés por la cueca. Quizá como hijo de la Nueva Canción y las múltiples influencias adoptadas en su periplo involuntario por el mundo logra plasmar de manera magistral todas estas influencias y además agregarle esa nota criolla y picarona del pueblo chileno.

Que decir de las letras, hay pasajes notables de frases callejeras, sencillas y enamoradas. Conjunto de palabras que llevan a pensar en lo cotidiano: “vive tus sueños, vívelos bien, sube, sube… sube a tu nube” nos invitan a viajar por los íntimos rincones de la memoria personal. “Vuelvo a mirar tras tus gestos…todos es igual, nada nuevo para mí”, desencanto, desamor… “busco la señal para encontrar el momento perfecto” dan vida al plato que se fragua en el Sartén de Estrellas, plato que será complementado cuando se baje de la micro en busca de una pilsen y un completo, a pesar de haber pasado la barrera de los 40, como reza una de sus líricas.

El Sartén contiene ingredientes nuevos y otros cocinados desde ya hace varios años. Algunas canciones, por ejemplo "Pegado a la ventana de la micro", fueron grabadas hace una década y hoy plasmadas gracias a un selecto grupo de músicos que forman parte de su The Flaiting Project, Tilo González en la batería, el gran Jorge Campos pulsando las cuerdas del contrabajo, Magdalena Mathey, coros; Felipe Bravo en las 6 cuerdas y Federico Faure, en las bases del bajo.


Sartén de Estrellas, producido por Tilo González, baterista y compositor de Congreso, tiene un sello pulcro y cálido donde se reconocen texturas acústicas que hacen buen juego con la voz, profunda, suave, gentil de Mario Rojas. Una placa para descubrir una seguidilla de estilos finamente mezclada en 45 minutos de excelente música nacional.

viernes, marzo 16, 2007

El brillo de un loco diamante

Miércoles 14 de marzo, 18 horas, llega a su fin la jornada laboral y comienza la cuenta regresiva para disfrutar de una jornada sin precedente alguno en la historia de presentaciones en vivo en nuestro país: Roger Waters, tocando uno de los mejores disco de la historia del rock, el Dark Side of the Moon de Pink Floyd.

Quizá el único parámetro de comparación sería el anterior show que el bajista británico hizo en Chile hace unos años, pero esto prometía ser sencillamente alucinante.


La entrada al Estadio Nacional fue tranquila, mucha gente por las calles y otro tanto ya estaba instalado en el recinto. Para mi era especial, sería la primera vez en que disfrutaría un recital de rock en compañía de mi hijo, sin duda, no había mejor oportunidad para hacerlo debutar en las grandes ligas en este fantástico camino del rocanrol.


Sólo una hora nos separaba del inicio del espectáculo y el nerviosismo en el público se hacía sentir. El escenario lucía impecable, con dos pantallas gigantes escoltando una escenografía que nos ofrecía una vieja radio tocando clásicos de la música popular mientras los últimos asistentes llenaban el coliseo ñuñoino.
Las melodías del alma

Las 9 de la noche y, con puntualidad inglesa, Waters irrumpe en el escenario con su impecable atuendo negro denotando esa estampa omnipotente que sólo puede tener una verdadera estrella de rock que lo ha hecho todo durante 4 décadas de carrera musical. Esa era la presentación de un grande, que bajo las melodías de In the Flesh inundó de emoción a los 50 mil corazones que tenía frente a él. Así continuó con Mother y remató con la exquisita y sicodélica Set the Controls for the Heart of the Sun, versión 2007 que nos hace recordar aquellas tantas jornadas tratando de descifrar lo que Barret plasmaba a fines de los 60 en esas memorables placas de la banda.
Shine on You Crazy Diamond y Have a Cigar aparecieron en el momento preciso para ir pavimentando la ruta al momento más emocionante en lo personal, quizá no el más alto del espectáculo, pero para mi fueron sin duda los 5 minutos más intensos y emocionantes que he tenido en toda mi vida. Escuchar y ver Wish You Were Here abrazado con mi hijo y sin miedo ni verguenza en dejar que las lágrimas se liberen, es lejos la mejor experiencia y la emoción mas intensa que he tenido en mis 33 años de vida. Después de eso simplemente había que dejar que el espectáculo continúe poniéndo el broche de oro de la primera parte con Sheep y la infartante aparición del Cerdo Volador.
¿Saben qué? es tan dificil expresar todo lo que experimenté en este recital, son innumerables las emociones y pocas las palabras para describirlas que esta vez dejaré la nota hasta acá y simplemnte la graficaré con fotos que saqué aquella noche. Esta es la ocasión en que una imagen vale más que mil palabras.



martes, marzo 13, 2007

FUEGO ELÉCTRICO

JIMI HENDRIX
: BLUES

Este DISCAZO fue editado luego de la muerte de Hendrix por su productor Alan Douglas, quien por muchos años tuvo los derechos sobre todas sus grabaciones hasta que la familia los recuperó hace algún tiempo y re editó todo el catálogo original del guitarrista. Aun así, esta compilación tuvo tanto éxito que se mantuvo dentro de las nuevas ediciones.

Las razones de ello saltan a los oídos al poner el disco a girar. Esta compilación rescata toda la vena blusera del, hasta hoy considerado, mejor guitarrista eléctrico de todos los tiempos. Y es un disco particular, pues la obra de Hendrix se caracterizó por estar más cercana al rock, la psicodelia y la experimentación. Sin embargo, sus raíces bluseras siempre estuvieron presentes, ya sea en vivo o en algún rincón de sus vanguardistas (para la época) discos.

Y allí radica el valor de esta placa, el FUEGO ELÉCTRICO del blues de Hendrix rinde tributo a composiciones clásicas de la música afroamericana -nacida según la tradición en los campos de esclavos- como la inmortal 'Mannish Boy', 'Born Under A Bad Sign', 'Bleeding Heart' o 'Catfish Blues'. Pero son las propias composiciones de Hendrix las que más destacan.

El disco abre con una versión acústica de 'Hear My Train a Comin'', y cierra con el mismo tema en formato eléctrico total. Luego tenemos dos de sus composiciones bluseras más famosas, 'Red House' y 'Voodoo Chile Blues', donde aflora todo el oscuro misticísmo de su estirpe. Por último también se destaca el sentido trágico del blues con temas como 'Once I Had A Woman'.

Once temas, once piezas del mejor blues eléctrico, en una joya de disco. El hermoso arte de la portada ya así lo adelanta, rindiendo honor a los viejos maestros en la figura de Jimi.

Para escucharlo:
http://rapidshare.com/files/20857548/Blues.zip.html